Nuevamente nadando contra la corriente, esta vez en oposición a una muy fuerte, e ignorando completamente la posibilidad de ganar popularidad uniéndome a la masa mundialista autómata, le brindo a usted, estimadísimo lector, un oasis aislado del pasto y los papelitos.
Ya se que es tentador comenzar a hablar del fenómeno, que se pueden realizar varias críticas a nuestra sociedad. Pero me propuse resistir ofreciendo un lugar de escape aquí, donde no escribiré sobre fútbol durante la duración de la copa del mundo.
Cerrando brevemente antes de tentarme a dar más opiniones, los espero en la próxima publicación 100% libre de fútbol. Claro está que si espera que se toque el tema, vuelva dentro de un mes, cuando el campeón haya bajado del podio y cuando, seguramente, descargue lo que acumulé durante el evento.
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